Discurso sereno y serio de Esperanza Aguirre. Divisible en su análisis de conjunto, valorando lo autonómico de un lado y lo estatal de otro, estuvo bien en fondo y forma. Buena cadencia y no excesivo en tiempo. La emoción afloró al referirse a los dos valores que pretende inspiren su nuevo mandato “Libertad y España”. La “dama de hierro” vió ahogada esa emoción en la cerrada ovación de sus incondicionales diputados y un gobierno saliente que ofrecerá pocos cambios respecto al entrante -se supone-, de momento y que sepamos oficialmente una Consejería nueva, la de Deportes, volcada en el Madrid-16 y el deporte de base.
En el apartado promesas, muchas y variadas. Algunas conocidas por ser marca de la casa, como la no subida de impuestos y su bajada cuando sea posible , la ampliación del metropolitano, o la continuidad de la expansión del tren ligero. Ayudas para familias numerosas o para las protésis dentales de los jubilados entre otras y descendiendo ya a lo más concreto. Vivienda en alquiler –hasta 45.000 más– muchas de ellas a diez años como tope y con el compromiso de dejarlas vacías para nuevos inquilinos transcurrida esa fecha. También la continuidad del plan de vivienda jóven con la previsión de construir 150.000 nuevas casas, suponemos que ya de tres alturas más ático como límite por arriba. La inmigración será objeto de una atención especial, y en esa Consejería podría haber sorpresa de última hora, aún no avanzada. La situación en primera línea de la educación como pilar básico de la legislatura parecía obligada. Seguridad es capítulo aparte con la petición formal al gobierno de la Nación de 1.500 policias nacionales y 1.000 Guardias Civiles más para Madrid.
La futura presidenta autonómica se refirió al Presidente del Gobierno siempre en elíptico, sin citarle, haciendo alusión al “nulo apoyo en nuevas infraestructuras para Madrid” y reclamando la gestión de las cercanías de Renfe, algo en lo que si coincidió en campaña con Rafael Simancas, afirmando que pretende gobernar sin crear problemas donde no existen y prometiendo “gobernar para todos y pensando en todos”.
En esta parte de discurso de Estado y tras avanzar que con éste nuevo mandanto otorgado por los madrileños de manera absoluta ha colmado todas sus ambiciones políticas, aprovechó para esgrimir la tan manida pero necesaria palabra: “Consenso”. Una alusión fundamental dado el marco que acompañó la última convocatoria electoral: “la acción de gobierno se basará en la defensa de los consensos constitucional y antiterrorista”. Dos en uno, discurso autonómico y de Estado. Ahora turno para la replica de la oposición, Matilde Fernández e Inés Sabanés a escena. Todo un reto para mañana, pasen y vean…