“Y si somos los mejores, ¡bueno y qué!…” La cancioncilla entonada por los de mi generación cuando íbamos de excursión se me vino a la cabeza escuchando el discurso de Esperanza Aguirre en el Debate sobre el estado de la Región. Nosotros no teníamos duda alguna de hacerlo mejor que los demás y ganarles el partido. ¡Aguirre tampoco!. Habla desde la convicción de quién se siente “superior” en la gestión, aún en tiempos de crisis y encara su alocución en la doble vertiente “liberal y de estado” .
De Estado porque no olvidó situar de partida a Zapatero en el punto de mira, el “zapatazo a Zapatero” llegó repitiendo cantinela: “en los últimos 4 años de presupuestos generales del Estado el señor Zapatero no ha invertido un solo euro en obra pública nueva”. Y lo que es más grave, “el gobierno de Madrid está más preparado para afrontar la crisis que el de la Nación” -dixit-. ¡Paz y Gloria!. Datos y más datos de inflación, empleo, altas en seguridad social… Es “innegable -concluye- que la crisis de la economía española afecta a Madrid, pero indiscutible que resiste mejor que la media nacional”.
Las empresas -nacionales y extranjeras- siguen invirtiendo en Madrid, supone ya algo más del 50% de total de las inversiones nacionales y por tanto anuncia que las empresas que se instalen en la región podrán elegir, de entre los 17 modelos autonómicos que existen en España, “el marco legal que consideren más apropiado para sus intereses”, para reactivar la economía. Más Liberalismo en estado puro. Pero por si era insuficiente, el Canal de Isabel II saldrá a Bolsa. la gestión del agua será compartida por todos los madrileños que deseen invertir en ello. Si el padre de la economía política, Adam Smith, levantara la cabeza se sentiría muy orgulloso de la alumna aventajada que tiene en Madrid. Smith intentó demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad. Smith decía que la combinación del interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado llevaría a los productores, “gracias a una mano invisible”, a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente: el bienestar de la sociedad. La mano invisible de Aguirre busca ese bienestar según sus métodos y apeló a la confianza de los madrileños en superar las dificultades porque “Madrid tiene un gobierno que gobierna para todos” -dijo-. A la oposición no le ha convencido en absoluto. Mañana el cuerpo a cuerpo se promete atractivo y situará a cada uno en su sitio. Menéndez y Sabanés se juegan mucho y habrán de emplearse a fondo para doblegar a una “crecida lideresa”.