Los días 20, 21 y 22 de octubre se dieron cita en Segovia representantes del mundo de la alimentación, la seguridad alimentaria, la nutrición, la sostenibilidad, la gastronomía y la salud durante el XIV Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y el V Congreso Iberoamericano de Nutrición y Salud Pública-Grupo Latinoamericano de Nutrición Comunitaria (GLANC), junto con la reunión anual de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación (AEN).
En dicha reunión se comunicó el ingreso de una nueva académica, la doctora Pilar Riobó, jefa asociada del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz. Con ella ha charlado Constantino Mediavilla, presidente editor de Madridiario en la Terraza de Ópera. “El trabajo con los pacientes, con las personas es lo que me enorgullece”, cuenta la doctora, quien reconoce que todavía nos queda mucho que aprender y solucionar en lo que se refiere a la obesidad. “Es una epidemia que comienza a desarrollarse no solo en países occidentalizados”, asegura a experta y pone como ejemplo a África: “No lo habíamos visto nunca. Las tasas de obesidad comienzan a aumentar”.
La pandemia y el confinamiento por el Covid no ha ayudado nada a la hora de perder kilos. Al contrario, la población se vio encerrada en casa y la ansiedad llevó a ingerir más comida y con peores ingredientes: “Se comió en exceso, se consumió más alcohol y bizcochos y se ganaron kilos difíciles de quitar. La pandemia sí ha generado más obesidad”.
Pero la realidad es que se puede comer bien, quedarse saciado y no engordar. La clave se encuentra en la dieta mediterránea: “Se puede disfrutar de los placeres de la comida y del vino. Ser moderado es la pauta”. Lo peor, “los alimentos procesados” y lo mejor, “volver a los platos de cuchara”. Imprescindibles en la alimentación: “Un cocido ligero, con poca grasa puede ser incluso un plato de dieta y único”.
La moda del plato único se ha convertido en un modelo que cada día siguen más personas. Pero ese plato único debe contener verduras -de cualquier tipo-, proteínas y carbohidratos -pan, arroz o pasta-: “Pero siempre la mitad del plato tienen que ser verduras”.
La buena alimentación, explica Riobó, “está ligada a estratos socieconómicos más bajos. Es ahí donde crece la obesidad. Y la buena educación permite a la gente que esté mejor nutrida y con más conocimientos”. En este sentido, la doctora advierte de la necesidad de aunar esfuerzos para “nutrir a toda la población, no solo a los estratos más altos”. Una responsabilidad de todos: “Gobiernos, medios de comunicación y a sociedad en general”.