Este año sí o sí la liga se quedaba en Madrid. Y se la llevó el mejor. El más regular y el que más hambre tenía de este balón en forma de “Liga de la pandemia”, que no impidió la celebración a la antigua usanza. Los aficionados que salieron a festejar el triunfo saben que no se pasaron de felicidad, pero si que se excedieron en la forma de exteriorizarla.
Sin mascarillas y sin distancias, parece, que aún no hemos asimilado que, con esta victoria liguera, el Atlético de Madrid ya puede dejar el partido a partido de Simeone, pero no el partido diario de la pelea contra el virus. Cierto que han pasado muchos años para conseguir este undécimo titulo de Liga, pero habrá más si conseguimos salir del pozo de la pandemia.
En lo políticamente correcto Ayuso, madridista confesa, se enfundó la camiseta del Atleti en presencia del alcalde, más feliz ese día, que tuvo recuerdo especial para dedicar este título a las madres que han hecho tantos atléticos y en particular a la suya, con un beso al cielo. Y Cerezo, autoproclamándose el mejor presidente del mejor equipo del mundo. Sin abuela, que por una vez en La Liga tantos años después, ¡Qué caramba! Sí, sí, sí La Liga es de MADRID, pero del Atleti y muy merecida…