Parafraseando a Groucho Marx, como hizo Mariano Rajoy a propósito de los principios de Rodriguez Zapatero: “estos son mis principios pero si no les gustan tengo otros”, ahora, cuando Alberto Ruiz Gallardón se ha ofrecido para acompañarle en la próxima aventura nacional, la respuesta ha sido muy similar. Ha venido a responder que Gallardón sería un buen número 2, pero que tiene otros tan válidos como él. A Rajoy le salió el gallego que lleva dentro, “si pero no” y “ni contigo ni sin ti”. ¡Espera Alberto que ahora no toca!
Y el Alcalde electo, ésta especie de Ava Gardner de la política, que no siendo el animal más bello del mundo, sí es un “pedazo” de animal político en resultados electorales y de gestión ya ha llevado a cabo la maniobra que ha venido anunciando en campaña a cuantos dentro y fuera del PP han querido escucharle: “haré todo lo que esté en mi mano para que Mariano Rajoy sea el próximo Presidente del Gobierno de España”.
Recordar la campaña de Gallardón -impecable por otra parte- bajo la batuta de Manolo Cobo, ayuda a comprender que dos días después se postule como segundo hombre fuerte del PP en la política nacional, porque su discurso no ha variado un ápice, antes de que las urnas se pronunciasen e inmediatamente después. Ha sido y es exáctamente el mismo. Lo escenificó en el mitín de apertura y lo corroboró en el de cierre de campaña abrazando a Rajoy y piropeándole desde el atril. La culminación en el balcón de Génova: “Escucharme, para que lo oíga Zapatero, Mariano será el próximo Presidente de España”. Después el desenlace esperado para el idilio político de campaña. Don Alberto no dá puntada sin hilo y Mariano Rajoy sabe que el Alcalde es la gran baza masculina, pero la femenina tampoco le disgusta.
En este caso la baza no es Ava Gardner, porque es evidente que Esperanza Aguirre tampoco llega a ese nivel de belleza, pero su “atractivo innato de política cercana y de mano dura”, amén de su incremento real en número de votos le ha consolidado como el animal político con más tirón popular. Ahora no toca, pero por si acaso las posiciones ya están fijadas en el tablero popular. Rajoy no podrá tardar mucho en mover ficha pero habrá de meditar muy bien la jugada para que su jaque no sea mate para él, sino para Zapatero. ¿Ya estamos en campaña nacional?. ¡Cielos!…pasen y vean.