Trinidad Jiménez no ha resuelto aún la duda de su futuro político. Puede ser candidata a la alcaldía de Madrid, o no. Y de serlo -ganar, o no-. Y como la cosa no va de acertijos -hoy al menos- sino de realidades, hablamos con ella de lo vergonzante que le parece el estado de los depósitos de la grua y la gestión privada de la empresa. Sin salir del área de movilidad y al hilo de los parquímetros anuncia el compromiso de acabar con todos los instalados en la periferia. Y se compromete a no “plantar” ni uno más allí, aún reconociendo a renglón seguido que en el centro funcionan.
Le pregunto si ha superado el síndrome de Estocolmo que le atenazaba al inicio de la legislatura con Ruíz Gallardón y niega la mayor con una sonrisa de oreja a oreja. Ahora le da caña cada día. No para de opinar sobre Madrid y la situación en política exterior. Trini es móvil. Pronto saldrá de viaje a Perú en misión de observadora socialista en las elecciones del país andino y reconoce no saber cual va a ser su futuro político, aunque a Zapatero le cuenta siempre lo mismo, “aquí estoy, disponible para lo que quieras”. Pasen y vean móvil es Trinidad……