Este miércoles la tertulia de Com.Permiso tuvo como protagonistas a tres Cronistas de la Villa. El espacio radiofónico dirigido por Constantino Mediavilla, presidente-editor de Madridiario y Cronista de la Villa, junto a Nieves Herrero en el programa Madrid Directo de Onda Madrid, recibió a Ángel del Río, Antonio Castro y Pedro Montoliú.
La tertulia comenzó con la búsqueda de una situación parecida a la que vivimos ahora en la Historia de Madrid. Ángel del Río se trasladó hasta 1346 con la peste negra, que además tuvo un elemento común: nació en Asia y llegó a España a través de Italia llevándose por delante al 40 por ciento de la población madrileña.
Pedro Montoliú, por su parte, recordó que ni si quiera durante la Guerra Civil la gente vivió confinada en sus casas: “La gente seguía viviendo, salían a la calle, había espectáculos, malvivían por problemas de hambre pero no en confinamiento”. Por otro lado, Antonio Castro recordó la mal llamada gripe española de 1919: “Recibió ese nombre de un corresponsal, por la libertad que hubo en España de informar sobre la gripe”, apuntó Castro.
Una vez los invitados rememoraron otras crisis sanitarias complicadas que se dieron en España, Ángel del Río confesó sentirse muy descontento con la actuación del Gobierno y llegó a decir que tenía más miedo de los políticos que del propio virus. “Estamos teniendo la crisis sanitaria más importante con los políticos responsables del Gobierno más ineptos en toda la historia de España”, sentenció del Río.
Este tono, no obsante, no lo compartió Pedro Montoliú, quien se mostró más conciliador. “Tienen que tomar decisiones que nunca se habían tomado, estamos ciegos sobre lo que puede ocurrir”, enfatizó. Además, señaló que por mucho que los gobiernos tengan voluntad de hacer “un millón de pruebas diagnósticas”, luego reparten 18.000. “¿Tienen esos test? No los tienen, es una crisis sanitaria mundial, es una lucha internacional por conseguir productos escasos”, enfatizó el periodista.
Por su parte, Antonio Castro coincidió con ambos en distintos puntos. Por un lado, se mostró de acuerdo con Montoliú en que la situación hubiera causado los mismos problemas a cualquier gobierno, pero también criticó duramente algunas actuaciones por parte del Gobierno de España: “El problema de España es luchar contra la pandemia y hay políticos que están aprovechándose para imponer una ideología en la lucha contra una epidemia que sufrimos todos”, precisó Castro.
En cuanto a planes de desconfinamiento, los tres Cronistas de la Villa coincidieron en que Madrid debería ir a un ritmo distinto al resto. Montoliú reconoció que las medidas en Madrid serán de las más lentas: “Todo va a ser mucho más lento en Madrid, recuperrar el ritmo de esta ciudad no va a ser lo mismo que otros puntos de la Comunidad”.
Debido al confinamiento y la situación crítica sanitaria, Madrid no celebrará ni el 2 de Mayo ni San Isidro, un hecho que para los cronistas afectará a los madrileños más a nivel emocional que económico porque, como recordó Montoliú, “estas fiestas no aportan a la economía local lo mismo que los San Fermines o la Feria de Abril y la Semana Santa”.
Ángel del Río recordó que es la primera vez que Madrid no celebrará el 2 de mayo desde el estatuto del Art.4.4. Además, añadió que las Fiestas de San Isidro no se celebraron tampoco durante dede 1937 a 1939 incluidos y que después no se celebraron en la Pradera, ya que había sido lugar de fusilamientos. En este sentido, Antonio Castro también se pronunció y señaló que no tenía sentido cambiar la fecha de las fiestas.
Para terminar, Constantino Mediavilla se sumó como cuarto Cronista de la Villa para poner fin a la tertulia con un titular para el año 2020, con “Mi Madrid”, un Madrid solidario de los madrileños. Pedro Montoliú lo llamó “El año en el que un país quedó confinado y demostró su valía”, mientras que Ángel del Río lo denominó “El año del ordenador”. Finalmente, Antonio Castro optó por unas palabras breves pero contundentes: “2020, el año que sobrevivimos”.
Pues sí, para que se deje de catalogarlos como ineptos tendrán que encarar las cuestiones pendientes como la pérdida de capital humano, pérdida de natalidad, contaminación urbana tanto acústica como medioambiental, desindustrialización, apoyar al pequeño trabajador o autoempleado, cuya finalidad no es el rendimiento económico sino el bien común en las pequeñas comunidades, y vigilancia a las malversaciones, mucho pedir pero esto es así.