«Botellón: Tenemos un problema»

El Botellón está prohibido por las ordenanzas municipales. Beber en la calle está penado, desde hace muchos, muchos años. Los mismos que se lleva bebiendo igualmente. Sin embargo, la post pandemia ha agravado este fenómeno, juvenil principalmente, que ha convertido el efecto de compartir alcohol en una moda no pasajera.

 

A la consabida suciedad, ruidos, y transgresiones de la norma escrita, se añade ahora la violencia por la violencia en forma de revueltas que acaban con escaparates, cubos de basura, señales de tráfico o cuantos objetos se antoje derribar, cruzar en la vía pública o quemar. Y luego está el enfrentamiento con la policía para fin de fiesta, cuando ya no hay más remedio que intervenir para evitar males mayores.

 

El botellón ha pasado ya además a incluir peleas, reyertas y apuñalamientos. A costar vidas. Urge una reflexión profunda como pide la delegada del Gobierno sobre un fenómeno que ya se ha ido de las manos, no solo en Madrid, pero también. Las multas no frenan esta explosión irracional de muchos bebedores festivos y muy pocos agitadores en bandas profesionales.

 

Infiltrar policías de paisano en los botellones ya se hace, desde hace tiempo, en algunos municipios madrileños y ahora se va a hacer en Madrid capital. Pero no será suficiente con identificar a los agresores si además no hay castigo de trabajo social al menos para todos los implicados. Las multas las pagan los padres o nadie. Reflexión y educación, junto a una coordinada actuación se antojan ya imprescindibles.

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *