Una prueba, una sola prueba para cerrar la comisión investigación sobre el presunto espionaje emanado supuestamente del Ayuntamiento de Madrid contra la presidenta Ayuso y su entorno y sufragado en teoría, con dinero público de todos los madrileños. Pero más allá del rumor, la obligatoria necesidad de convertir mentira en verdad y viceversa de los grupos de oposición y de poner las preguntas a Almeida como a Felipe II por parte de sus grupos afines, esta comisión a espera de dictamen definitivo cerrará como comenzó, con la tocata y fuga de Carromero que ha dejado a un alcalde tranquilo y socarrón, cerrando las comparecencias de la fallida comisión
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