Madrid apuñalado.

Madrid no es el Bronx, aunque a veces se parezca. Especialmente cuando la tragedia se ceba -en forma de certeras puñaladas- con personas de la calle. Ora prostitutas, ora mendigos. Pequeños traficantes en reyertas nocturnas o diurnas ajustan sus cuentas. Y son esas cuentas, las dichosas estadísticas las que nos erizan el bello a diario y encienden la luz de alarma
No podemos seguir pensando que el problema nos es ajeno porque no seamos vecinos de la castigada zona centro. O porque el suceso nos pilla lejos de nuestro lugar de residencia o de trabajo. Para no convertirnos en marxistas -sector Groucho– deberíamos aportar soluciones a los problemas. En el tema de la prostitución y pese a la buena voluntad municipal de peatonalizar la calle de la Montera o cerrar el tráfico en la Casa de Campo se observa el “efecto traslado”. Las prostitutas no desaparecen por arte de magia renunciando a su “trabajo“, simplemente trasladan su “despacho” a otra calle cercana. Y el ciudadano que demanda sus servicios las sigue -cuando no las persigue- y las encuentra sin mayor problema. Sigue habiendo mucha demanda y la oferta naturalmente crece.Vengo de pasear por Montera, Ballesta, Desengaño, Barco… todas en los aledaños de la Gran Vía. De debatir en Telemadrid y Cope sobre un fenómeno, tan viejo como el Madrid de sus primeros pobladores, y la palabra que define la actual situación que encuentro es overbooking.
No cabe una prostituta más, ni un camello o un yonki en cualquiera de las múltiples esquinas del corazón de la capital. Los vecinos, comerciantes, empleados de parking aledaños te piden que “des caña”, que la política no lo soluciona y que hacen faltas soluciones a la muerte y lo que es más importante a la vida de estas personas.
Legalizar la prostitución puede ser una de ellas. Respeto mucho a Ana Botella y sé que no es partidaria de esta medida, y conozco a Esperanza Aguirre que sí lo es. Ellas se llevan bien, se entienden, tienen coraje político. Por tanto “la caña” que me piden que transmita es rogarlas que : “actuén por favor”.
No se trata de erradicar la prostitución -nadie lo ha conseguido en ningún país del mundo- pero sí de articular mecanismos para evitar situaciones criticas y cerrar el paso a las “mafias” como ha pasado en Holanda sin ir más lejos.
Por qué no crear un “Barrio de la Tolerancia”. Allí cada uno irá sabiendo a lo que va, a “trabajar” o a “comprar servicios”. Vienen elecciones autonómicas y municipales. Sean valientes señoras. Solucionen o palien un problema que en Madrid se va de las manos de las autoridades. Las imágenes tomadas por los vecinos son demoledoras. Es un Madrid apuñalado en la zona centro y en estado puro. Pasen y vean…

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