Eduardo Pastor, vicepresidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid y vicepresidente del Consejo Rector del Grupo Cofares, ha sido el invitado a la entrevista en profundidad de la semana en Com.Permiso.
Eduardo Pastor ha señalado que “solo lleva desde 2006” en la Cámara de Comercio de Madrid, pero en estos años ha conseguido labrarse un nombre dentro de la institución y ser su vicepresidente. Como invitado a la entrevista en profundidad de Com.Permiso, Pastor ha indicado las virtudes de la Cámara, que cumple 130 años.
“La impresión de que no sirve para nada igual la tenía el empresario, pero en 2010 cambiamos la filosofía. Antes despachábamos, ahora vendemos productos”, ha explicado el vicepresidente. Desde que en este año se suprimió el pago obligatorio a la Cámara por parte de las empresas, el presupuesto se ha reducido considerablemente, problema que ha sido bien llevado: “Se debe reestructurar, reorganizar y adecuar los ingresos a los gastos, además de acompañar al empresario en la creación de su empresa”.
Pronto habrá proceso de elección de presidente en la Cámara y a Pastor no le importaría presentarse. “Me he sentido orgulloso de haber pertenecido al equipo de Juan López-Belmonte y no me importaría presentarme si el equipo continúa”, ha desvelado Pastor.
Sobre su relación con el CEIM y los sindicatos, el vicepresidente de la Cámara ha indicado que debe ir “de la mano” con el CEIM, pero que en materia de sindicatos no es suya la competencia: “No tengo relación con ellos. Entiendo que eso es labor de CEIM. Nosotros estamos para servir a las empresas, pero no para participar en los convenios colectivos”.
Sanidad en Madrid
Eduardo Pastor, además de vicepresidente de la Cámara de Comercio, es farmacéutico y vicepresidente del Consejo Rector del Grupo Cofares. Como integrante del sector sanitario, ha indicado que la sanidad madrileña es la mejor, “no solo en servicios, sino en la gestión económica”.
Sobre el rechazo de convertir Barcelona en la sede de la Agencia del Medicamento, Pastor lo ha definido como “una verdadera pena” –15.000 puestos de trabajo podrían haberse creado–, a pesar de que la decisión estuviese tomada desde julio: “El tema de la independencia ha tenido mucho que ver”.