Mucho ruido y pocas nueces en lo que llevamos de comisión de investigación por el presunto espionaje a la presidenta Ayuso y su entorno más cercano. Muchos son los llamados y pocos los que han elegido acudir de forma voluntaria. Los obligados todos. Los que pueden aportar algo de luz, ninguno, hasta el momento. Ni se les espera. Si el objetivo era y es cercar al alcalde Almeida hasta que no le quede más remedio que reconocer su “culpabilidad” en algo, diríamos hoy que la cosa no va bien para satisfacer los intereses de la oposición. Ni siquiera la vicealcaldesa
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