Son comercios “centenarios” que escriben la historia de Madrid y presumen de ello. Algunos llevan a sus espaldas más de 100 años y sufrido varias crisis económicas, pero sienten la obligación de seguir abriendo, porque Madrid no se entendería sin ellos. Se quejan de las pocas ayudas que han recibido y de las trabas burocráticas para poder tener más espacio de terraza para sus clientes. Son el termómetro social de Madrid que ven como sus calles están desiertas, los turistas han desaparecido, pero, aunque no han sufrido el desabastecimiento, si han tenido momentos límite al principio de la pandemia. Ven
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