La más grande. Sólo una vez tuve oportunidad de compartir con ella cena y canción. Llenaba la mesa con sus irónicos comentarios y su amplia sonrisa. A medianoche quedabamos pocos periodistas y algunos familiares allegados. Se arrancó por fandangos y bulerías ¡Gustándose! Acompañada de un rasgear improvisado de guitarra ¡Impresionante! La Jurado ganaba en la distancia corta, como esa ola que el surfista toma de cerca y viaja fusionado con ella hasta su desvanecimiento en la orilla, así sonaba Rocío Jurado. Pura entre unos pocos amigos y grande en un escenario. Nunca volví a coincidir con ella tan cerca y
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